

Para bien o para mal, los vehículos de combustión tienen los días contados. Los coches eléctricos son presente y, sobre todo, futuro. A pesar de no estar aún preparados para esta tecnología, toca adaptarse y hacerlo cuanto antes. Por tal motivo, conviene conocer las ventajas y las desventajas de los coches eléctricos.
Las ventajas del coche eléctrico
Comenzamos, como no, con las ventajas del coche eléctrico. Y es que, a medio plazo, serán los modelos dominantes del mercado de la automoción. Éstas son las ventajas del coche eléctrico.
- Cero emisiones – Un coche eléctrico, como su nombre indica, no emite gas contaminante alguno a la atmósfera. Si queremos reducir la contaminación, un coche eléctrico es ideal
- Mínimo consumo – Al no consumir combustible, los coches eléctricos suponen un ahorro de dinero importante. En vez de repostar en la gasolinera, lo cargaremos en el garaje, enchufándolo a la toma de corriente. El gasto de un coche eléctrico ronda 1 euro por cada 100 kilómetros.
- No paga zona azul – Pocas son la localidades que no tienen zona regulada de aparcamiento en sus calles. Pues bien, los coches eléctricos tienen la ventaja de poder aparcar en la zona azul sin pagar un euro. Es la compensación por ser vehículos cero contaminantes.
- Carril Bus/VAO – Otra ventaja de los coches eléctricos es que pueden circular libremente por el carril Bus/VAO, incluso yendo un sólo ocupante en el vehículo. Los atascos que puedes ahorrar son tremendos.
- Mantenimiento casi nulo – Olvídate de cambiar filtros, aceites y demás. Un coche eléctrico tiene un mantenimiento mínimo. En este caso, frenos y neumáticos, a lo que se suman las revisiones periódicas de las baterías.
- Reducción de averías – La sencillez del sistema del coche eléctrico, ha reducido de forma notable las averías. Los coches eléctricos cambian el motor canónico y las marchas por un sistema mucho más práctico y sencillo. Se acabaron las reparaciones de 2.000 euros.
- Menos ruido – Los coches eléctricos son extremadamente silenciosos, lo que favorece una conducción más relajada.
- Ventajas y descuentos – Los vehículos eléctricos tienen una bonificación de hasta el 75% en el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica. Tampoco pagan en muchos peajes. Y, por si no fuera suficiente, cuentan con incentivos a la compra con planes específicos de descuentos.
- Financiación – Los fabricantes, conscientes de la realidad, ofrecen financiaciones más ventajosas que con los coches de combustión. Es más, en muchas ocasiones, sale más rentable financiar el coche que pagarlo al contado.
Las desventajas del coche eléctrico
Una vez repasadas las ventajas, es hora de echar un ojo a las desventajas del coche eléctrico. Tenerlas las tiene y hay que tenerlas muy en cuenta antes de dar el paso. Éstas son las desventajas del coche eléctrico.
- Limitada autonomía – Las baterías actuales de los coches eléctricos, de momento, son pequeñas y ofrecen una autonomía limitada. Aunque algunos modelos ya alcanzan los 400 km, tenemos que asegurarnos, sobre todo en viajes largos, de que vamos a tener un punto de carga. De no ser así, muchos vehículos eléctricos quedarían relegados a uso en ciudad.
- Lenta recarga – Comparado con lo que se tarda en repostar, la carga de una batería eléctrica es muy lenta. Requiere varias horas para que ésta queda carga por completo. Aunque algunos modelos cuentan con carga rápida, que ofrece la mitad de la autonomía con media hora de carga, no es lo habitual. Hay que mejorar ese aspecto.
- Sin red de recarga – En toda España, hay gasolineras cada muy poco tiempo. Es el trabajo de décadas de uso de vehículos de combustión. Con la red eléctrica de recarga no está pasando lo mismo. Están tardando mucho en establecerse y cuesta demasiado encontrar puntos de recarga de coches eléctricos. Incluso en ciudades como Madrid o Barcelona, los puntos de recarga son muy limitados. De momento.
- Potencia limitada – Los últimos modelos sí compiten en potencia con los vehículos de combustión. No obstante, hasta hace poco, era un hándicap que limitaba mucho la venta.
- Precio disparado – Los coches eléctricos suelen ser los más caros de la gama de cualquier modelo. El motivo, entre otros, es el elevado precio de las baterías. Lo más preocupantes es que la vida útil media de una batería ronda los 7 años, por lo que ese precio se puede incrementar aún más. La solución pasa por lo que están haciendo algunos fabricantes, vender el coche sin batería y alquilar la misma al cliente, por una cuota mensual.
- No hay talleres eléctricos – Los talleres de vehículos de combustión están por todas partes. Sin embargo, si tenemos un problema con un vehículo eléctrico, tendremos complicado dar con un taller especializado. Algo que parece lógico, pues la cuota de mercado, de momento, sigue siendo del 97% de vehículos de combustión. Los mecánicos tienen en estos, el grueso de su clientela. Además, se suma que los coches eléctricos se estropean menos.
- Un coche eléctrico sí contamina – Es cierto que los vehículos eléctricos no contaminan cuando son usados. Pero claro, hasta llegar a ser usados, deben ser fabricados. En ese momento, sí que contaminan. Además, la obtención de la energía eléctrica debe venir de algún sitio. Aún así, comparado con los de combustión, es ínfima la contaminación.
Diferencias entre un coche eléctrico y un coche híbrido
Por último, te contamos las diferencias entre un coche eléctrico y un coche híbrido. Y es que, a estas alturas, no todo el mundo lo tiene claro.
- Coche eléctrico (BEV o Battery Electric Vehicles) – Son completamente eléctricos y se recargan a través de la red. Su sistema de almacenamiento de energía viene dado por una o varias baterías. En su interior puede llevar uno o varios motores eléctricos para almacenar la potencia y recuperar energía con las frenadas (KERS)
- Coche eléctrico recargable (PHEV o Plug–In Electric Vehicles) – Es el modelo que combina baterías recargables en la red eléctrica con un motor de combustión convencional. Es decir, tiene motor térmico y motor eléctrico que suman sus potencias
- Coche híbrido (Full Hybrid) – Es el vehículo que cuenta con un sistema de acumulación con baterías recargables pero no en red eléctrica, con un motor de combustión. El motor eléctrico consigue su potencia con la recuperación del frenado.
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