Todos sabemos qué es la electricidad pero qué contestaríamos si nos preguntan qué es la electricidad. Pues es lo que te vamos a explicar a continuación. Qué es la electricidad, cuál es su historia y cómo es su relación con el magnetismo.
¿Qué es la electricidad?
Empezaremos por el principio, respondiendo a lo básico: ¿qué es la electricidad? La electricidad es el fenómeno que se genera tras la interacción de las cargas eléctricas positivas y negativas de cuerpos físicos. La energía que produce esta interacción se puede expresar en cuatro formas distintas: física, luminosa, térmica y mecánica. Lo curioso es que esta energía, siendo invisible al ojo humano, sí puede ser vista en sus cuatro ámbitos de manifestación.
Una vez conocemos qué es la electricidad, conviene saber cómo se produce. Lo habitual es hacerlo gracias a un sistema eléctrico que trabaja para dar cobertura a la demanda energética de una zona determinada.
Los sistemas eléctricos pueden ser de varios tipos. Desde centros o plantas eléctricos (nucleares, eólicos…) a líneas de transporte eléctrico de alta tensión. También puede producirse en estaciones transformadoras o en líneas de distribución de media y baja tensión.
Lo cierto es que la electricidad, a día de hoy, es imprescindible a todos los niveles. En toda vivienda hay electrodomésticos o aparatos que requieren de corriente eléctrica para funcionar. Por no hablar de la luz, necesaria en todas las casas. Incluso es necesaria para climatizar la casa. Ya sea con bombas de calor, ya sea para calentar los depósitos o calderas del edificio. Algo similar ocurre en la industria, donde la energía eléctrica es consumida de forma mayoritaria.
Y si nos referimos al transporte, tenemos medios como el metro o el tren que son los eléctricos por antonomasia. No obstante, los coches eléctricos, el futuro de la automoción a medio/largo plazo, están llegando con fuerza al parque móvil. Mientras lo hacen, son los híbridos los que tratan de comer terreno a los de combustión. Los híbridos combinan, precisamente, un motor de explosión, con un motor eléctrico, combinando ambas fuentes de energía.
Historia de la electricidad
Sabemos qué es, por lo que es hora de conocer la historia de la electricidad. Una historia que se remonta dos milenios atrás, cuando Tales de Mileto dejó algún estudio básico que cayó en el ostracismo de la irrelevancia. No fue hasta 1729, más de 17 siglos más tarde, cuando Stephen Gray y otros científicos, empezaron a tomarse en serio el asunto de los cuerpos eléctricos.
En este caso, Gray descubrió que podía circular la electricidad por varios cuerpos en contacto. Años más tarde, este fenómeno se denominaría conductor, es decir, todo cuerpo capaz de conducir electricidad. En paralelo, Charles Du Fay, descubría que la fricción era capaz de electrizar todo cuerpo.
En la siguiente década, los científicos se volcaron en la invención de aparatos que pudieran producir una electricidad que todo el mundo ya conocía. De hecho, Benjamin Franklin, al otro lado del charco, en Estados Unidos, también comenzó a hacer pruebas con la botella de Leyden (la que le dio una descarga a su ayudante).
Benjamin Franklin se convirtió en uno de los padres de la electricidad, al determinara la electricidad como un fluido que tiene todo cuerpo en su interior. Lo complicado era determinar esa cantidad. También tuvo tiempo para determinar que los rayos eran electricidad. Lo hizo gracias a la famosa cometa que voló en plena tormenta
Otro gran avance en la historia de la electricidad vino de la mano de Charles Coulomb. El científico francés usó una balanza de torsión para mostrar que la atracción entre dos cuerpos electrizados, dependía de la distancia entre ambos. Lo hizo basándose en los preceptos de Isaac Newton.
Pero fue Luigi Galvani, en 1786, quien cambió la historia de la electricidad para siempre. Lo hizo, como suele ser habitual, de casualidad. El científico italiano tenía ancas de rana colgadas de un gancho de cobre, cuando este gancho contactó con otro elemento de hierro. La convulsión que sufrieron las ancas, a causa de la descarga, inspiró profundamente a Luigi Galvani, pues dedujo que todo organismo con vida, tiene electricidad animal.
Fue Alessandro Volta quien corrigió y mejoró la tesis de Luigi Galvani. Volta demostró que era el contacto entre los metales, el origen real de la electricidad. Fue el propio Volta quien en 1800 inventó un órgano eléctrico artificial: la pila. Todo un logro hace más de dos siglos. Era una sucesión de discos (cobre, zinc, cartón con agua salda, cobre y zinc) que supuso la primera pila de la historia.
La pila, entre otros avances, permitió empezar a hacer la electrolisis del agua. El futuro científico y técnico del mundo comenzó a engendrarse gracias a esa pequeña pila. Alessandro Volta había cambiado la historia de la electricidad y de la humanidad.
A principios del siglo XIX, fue Michael Faraday quien hizo lo propio. El científico alcanzó a ver el potencial real de la electricidad. Michael Faraday construyó el primer motor eléctrico. En este caso, la energía eléctrica acababa convertida en energía mecánica, gracias a la unión de la electricidad con el magnetismo.
Este invento derivó en el descubrimiento de la inducción electromagnética o la producción artificial de corriente eléctrica, gracias a un campo magnético. Todo derivaría en la invención de la primera dinamo en 1831. El primer aparato que convertía energía mecánica en eléctrica
La electricidad y el magnetismo
Ahora lo sabemos, pero era distinto hace dos siglos. La electricidad y el magnetismo están relacionados y, unidos, son capaces de maravillas. Básicamente, sin magnetismo, no habría siquiera luz.
La electricidad, de un tiempo a esta parte, ha cambiado el mundo. El ser humano ha conseguido almacenar la electricidad y tener energía para usar y de reserva, para cuando la necesite.
Por su parte, el magnetismo hace que al acelerar un imán, produzca corriente eléctrica. Si ese flujo de electricidad se modifica, aparece un campo magnético. De ahí surgen los motores y generadores eléctricos de uso masificado en la actualidad.
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