Podemos pensar que la luz solar es de vital importancia para el crecimiento y desarrollo de las plantas pero en realidad, es importante para cualquier ser vivo ¿de qué modo? Os explicamos a continuación con detalle, porqué es importante la luz solar para los seres vivos.
¿Porque es importante la luz solar para los seres vivos?
El Sol juega un papel fundamental en la existencia de los organismos vivos y no vivos de nuestro planeta: es una fuente de vida única, sin la cual las especies de animales y plantas no sobrevivirían de ninguna manera.
El Sol es extremadamente importante para la Tierra porque ayuda a calentarlo y mantener la temperatura global promedio en los límites: nuestro planeta está a una distancia óptima de esta estrella para no ser demasiado frío ni demasiado caliente (a 150 millones de kilómetros de nuestro planeta).
Otro papel clave del Sol reside en la luz natural que logramos obtener y explotar, una luz completamente libre y gracias a la cual podemos sobrevivir. ¿Alguna vez has imaginado cómo podría ser nuestra vida sin la luz del sol? No habría sido, absolutamente, lo mismo.
La importancia de la clorofila
El Sol entra en juego en la fotosíntesis de la clorofila que son las reacciones químicas que ocurren en las plantas, particularmente en los cloroplastos que contienen clorofila en las hojas. La fotosíntesis permite el consumo de dióxido de carbono y agua mientras produce oxígeno y azúcares.
Esta es una solución particularmente ingeniosa y eficaz: organismos vegetales, utilizando un pigmento especial (clorofila), tienen la capacidad de absorber la luz solar y transformarla, con la ayuda de agua y dióxido de carbono, en nutrientes ( principalmente carbohidratos). La fotosíntesis tiene lugar exclusivamente durante el día, mientras que en el tiempo de la noche, el proceso se invierte: las plantas en lugar de absorber el dióxido de carbono y expulsar oxígeno, dibujar oxígeno, descartando dióxido de carbono.
La clorofila es una sustancia soluble en grasa sensible a la luz, sino también a los efectos nocivos de la cocción prolongada y de las sustancias básicas y ácidas y presenta las características físico-químicas y interesante nutracéutico. Su estructura, de hecho, consiste en un anillo de porfirina, caracterizado por un átomo de magnesio en el centro: esta conformación es sorprendentemente similar a la de la hemoglobina, presente en las células rojas de la sangre de todos los vertebrados, con la única diferencia de que este último contiene hierro, en lugar de magnesio. De acuerdo con la fitoterapia tradicional, las propiedades antianémicas atribuidas a este pigmento se justifican precisamente por esta similitud estructural y funcional.
Por otro lado, los carbohidratos producidos son utilizados por las plantas para realizar sus funciones vitales, mientras que el oxígeno se acumula en la atmósfera, haciéndose disponible para la respiración de los animales, especialmente en los humanos.
De hecho, la luz solar proporciona el 99% de la energía que se encuentra en la Tierra, incluida la almacenada indirectamente en combustibles fósiles, plantas y animales (incluidos los humanos) que se alimentan de plantas o carne de otros seres vivos.
El sol y los ecosistemas
Cada ecosistema está regulado por un delicado equilibrio de las relaciones entre los organismos y el medio ambiente, que encuentra su máxima expresión en una red alimentaria eficiente. La disponibilidad de alimentos, en términos de energía y flujo de nutrientes, está estrechamente relacionada con tres tipos básicos de organismos: productores, consumidores y descomponedores.
Los productores son organismos autotróficos , es decir, capaces de procesar de forma autónoma su alimentación e incluyen plantas y algunos tipos de algas. Los consumidores, por otro lado, se llaman heterótrofos y al ser incapaces de procesar alimentos solos, alimentan, por necesidad o por elección, otros organismos. En este sentido, es posible distinguir a los consumidores de primer y segundo grado, refiriéndose respectivamente a los herbívoros que comen las verduras y a los carnívoros que se alimentan de los animales herbívoros y carnívoros. Desde el punto de vista alimentario, el hombre tiene un amplio margen de elección, siendo tendencialmente omnívoro y emocionalmente involucrado en importantes cuestiones ético-culturales. Este «círculo», que regula la vida del planeta, se cierra con los organismos en descomposición (hongos y bacterias), capaces de sobrevivir aprovechando el proceso de degradación de la materia orgánica.
En todo este ciclo la luz solar juega un papel principal. Gracias al sol y a su energía las plantas crecen y alimentan a los animales que son herbívoros, pero también calientan y en cierto modo proporciona alimento a cualquier animal o ser vivo.
Podemos añadir además, que la vida en la Tierra ha evolucionado con la aparición de organismos unicelulares, similares a las bacterias actuales; más tarde, se desarrollaron formas de vida más sofisticadas, capaces de capturar la luz del Sol y de procesar de forma independiente, a través de un proceso bioquímico especial (síntesis de clorofila), los nutrientes que necesitaban para sobrevivir. Este mecanismo se ha mantenido sin cambios hasta el día de hoy y está acompañado por un efecto secundario bienvenido que juega un papel importante en el mantenimiento de la atmósfera de la Tierra químicamente equilibrada: la liberación de oxígeno como un producto de desecho.
La importancia de la luz solar para las personas
La importancia de la luz solar abarca también al ámbito del ser humano. El sol nos alimenta en energía, y también nos sirve para poder calentarnos (no solo para tomar rayos de sol en verano).
El sol proporciona a nuestras vidas la energía solar, mientras que en términos de alimentación, ayuda al crecimiento de verduras, y plantas diversas, además de ser importante también para el crecimiento, desarrollo y vida de animales que en definitiva, acabaremos consumiendo por estar también incluídos en la cadena alimenticia.
Para acabar de hablar sobre la importancia de la luz solar para las personas será bueno comentar que diversos estudios han generado en la hipótesis de que la síntesis inicial de ácido ribonucleico, la principal molécula involucrada en la formación de ADN, ha sido activada por ciertos niveles de radiación solar.