Cuándo usar un champú sin sulfatos

Si has conocido recientemente los champús sin sulfatos, es lógico que te asalten las dudas y las preguntas. La primera y más lógica de todas, cuándo usar un champú sin sulfatos. Para que no tengas problema alguno, te contamos cuándo debes usarlo y por qué debes usar este tipo de champús

Cuándo usar un champú sin sulfatos

A pesar de que en los últimos años, el cuidado personal ha dado un salto de calidad y cantidad en todo el mundo, hay partes del cuerpo que se siguen desatendiendo. Es el caso del pelo, al que habitualmente no prestamos la misma atención que a la piel, a las uñas o al resto del cuerpo. Saber cuándo usar un champú sin sulfatos es sólo el primer paso para recuperar la salud y el brillo del cuero cabelludo.

No obstante, antes incluso de usar un champú sin sulfatos, debemos dejar de utilizar el champú son sulfatos que, a buen seguro, tenemos en el baño. Decimos a buen seguro porque 9 de cada 10 champús que se comercializan, contienen sulfatos.

Lo cierto es que un champú sin sulfatos lo podemos empezar a usar sin problema cuando queramos. No obstante, sus efectos serán más notorios, cuando tengamos el pelo reseco, el cuero cabelludo afectado o alguna inflamación en la zona. En pocos lavados, el champú sin sulfatos, natural, recuperará la salud, el brillo y la hidratación habitual de tu pelo.

Otro buen momento para comenzar a usar champús sin sulfatos puede ser cuando queramos recuperar el sebo natural del pelo. Un sebo que, con la acción de los sulfatos, se acaba por eliminar, quitando así la protección propia del pelo ante agentes externos.

Por último, si tienes picores habituales en la cabeza, a pesar de tener el pelo recién lavado, o notas que tienes caspa, no lo dudes, es el momento de usar un champú sin sulfatos. Hablando en plata, cualquier momento es bueno para hacerlo, sobre todo si implica cambiar un champú con sulfatos por uno sin ellos. Y si aún no sabes lo que son los sulfatos, conviene contártelo antes que nada.

¿Qué son los sulfatos?

Los sulfatos son elementos químicos que los fabricantes incluyen en el 95% de productos de higiene personal. Hablamos de tensioactivos detergentes con un poder limpiador incomparable. Pero también hablamos de sales derivadas del ácido sulfúrico, es decir, altamente abrasivos y agresivos con la piel.

Los más reconocidos, SLS, SLES o ALS pueden resecar tu cabello, irritar la piel, incluso provocar complicadas reacciones alérgicas. Obviamente, si tenemos que responder a la pregunta de cuándo usar un champú sin sulfatos, lo tenemos fácil: en cuanto tiremos a la basura el champú con sulfatos del baño.

Por qué usar un champú sin sulfatos

Una cosa es decirlo y otra es probarlo. No obstante, exponer por qué usar un champú sin sulfatos, resulta más sencillo de lo que parece. Básicamente, las ventajas son totales y no lo decimos nosotros, sino los diferentes estudios que se han realizado sobre los beneficios del champú sin sulfatos.

Así las cosas, ¿por qué usar un champú sin sulfatos? Por estas razones:

Alternativa inocua

Los champús sin sulfatos son, a día de hoy, la única opción para lavar el pelo de forma inofensiva. Esta opción, no sólo no atacará al cabello, sino que ayudará a mejorar sus condiciones. Por ejemplo, reconstituyendo la capa natural de queratina. Obviamente, si contiene los elementos necesarios para hacerlo, pero es una opción que con los champús con sulfatos ni se puede plantear.

Cero alergias

Uno de los grandes peligros de los champús con sulfatos, es que acaben llegando al organismo a través de los poros o la dermis. Sin hacerlo, ya pueden generar complicadas reacciones alérgicas en la piel. Ahora, si consiguen llegar al torrente sanguíneo, las consecuencias pueden ser mucho peores.

En el caso de los champús sin sulfatos, los elementos químicos son sustituidos por productos naturales y, sobre todo, hipoalergénicos. Así, evitamos dañar la piel y reacciones alérgicas innecesarias como picazón o enrojecimiento.

No irritan el cuero cabelludo

Algunos elementos químicos contenidos en los champús con sulfatos, se depositan sobre los folículos pilosos, obstuyéndolos y provocando una irritación constante. Esto no ocurre con los champús sin sulfatos. Su composición natural es arrastrada por el agua al aclarar, arrastrando todos los restos. No obstante, si alguno se queda en el pelo, no provocará reacción alguna, debido a su origen natural.

Y es que, tanto en el pelo como en la piel retirar este producto es sencillo y rápido, no se quedan adheridos de ninguna forma.

Efecto reconstituyente

Una vez que hemos cogido hábito de lavar el pelo con champús sin sulfatos, notaremos como el cabello estropeado va mejorando poco a poco su salud. Además, al retirar los restos químicos de los folículos, propiciará que el pelo crezca a una mayor velocidad y con una consistencia y suavidad superiores a cuando se usaba champú con sulfatos.

Los especialistas estiman que en tan sólo cuatro semanas, el cabello comenzaría a crecer más rápido, mientras que la piel y el cuero cabelludo estarían reparados por completo.

Mayor duración del tinte

Los elementos abrasivos del SLS y el SLES atacan directamente al pelo teñido, provocando una pérdida notable de color. El uso de champús sin sulfatos, al tener todo ingredientes orgánicos, no sólo potencia ese color, sino que lo mantiene vivo durante más tiempo. El día y la noche.

Recupera el pelo seco

Para terminar, señalar que quienes tengan el pelo seco y sensible, tienen en los champús sin sulfatos su mejor aliado. Es la única forma natural y continuada en el tiempo de conseguir el tono habitual del cuero cabelludo. Para hacerlo, deben recuperar los aceites naturales que segrega el cabello, así como devolver el pH habitual al pelo.

No es algo inmediato pero sí más rápido de lo que cabría imaginar, tras años y años de castigo a base de sulfatos. De hecho, lo habitual es que en un plazo de 4 semanas, el pelo haya dado un salto de calidad, sobre todo si comparamos con otros champús.

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