

Seguro que has oído hablar de los contadores de luz inteligentes. Estos aparatos fueron impuestos por las compañías eléctricas hace unos años y siguen dando de qué hablar. Este nuevo sistema de contabilización de energía se basa en la emisión de datos a distancia, lo que conoce como telegestión. Esta medida tiene como objetivo ofrecer un mejor servicio al cliente y ayudarle a ahorrar en su factura de la luz, conociendo sus datos de consumo. Pero muchas preguntas y dudas han entrado en juego con estos aparatos: ¿los nuevos contadores inteligentes son realmente una mejora del servicio? ¿son peligrosos para nuestra salud?
Sigue leyendo todo sobre los contadores de luz inteligentes y cómo nos afectan.
Cómo funcionan los contadores de luz inteligentes
Estos contadores de luz inteligentes fueron implantados por la Comisión Europea como una medida para conocer los datos y gastos reales de luz de cada usuario. Pero también suponía una gran ventaja para las compañías eléctricas, ya que suponía un ahorro significativo en gastos de personal que, en los contadores habituales, se encargaban de registrar los datos y hacerlos llegar a la central.
El problema de querer contabilizar del consumo eléctrico exacto de los usuarios es que confronta con la medida estipulada por el Gobierno de España para disminuir las cifras de controladores de luz trucados. Para evitar que el consumidor final tuviese acceso al contador y pudiese manipularlo, se estableció que los aparatos serían colocados en el exterior de la vivienda.
Otras de las ventajas que también ofrecían a los consumidores era conseguir ahorrar en la factura de la luz, conociendo tus gastos exactos y sabiendo en qué momento del día consumes más luz. Algo que también ha pasado a ser complicado debido a la eliminación de la discriminación horaria y la imposibilidad de controlar la potencia.
Los contadores de luz inteligentes: problemas de salud
El sistema utilizado por los controladores de luz inteligentes es aquel que conocemos como sistema PLC (Comunicaciones por Línea Eléctrica). Este método se encarga de recoger los datos del contador de luz y enviarnos a la central de la compañía eléctrica, mediante cables de la red eléctrica pero enviando frecuencias más altas (por encima de los 50 hercios), convirtiendo la red en línea digital de alta velocidad.
Respecto a los contadores de luz inteligentes, podemos contar con dos sistemas diferentes de instalación. El primero de ellos es conectar un contador por vivienda que manda los datos directamente a la central; y otro de ellos, el más habitual, es instalar un concentrador que recopile los datos de los contadores de varias viviendas, para enviarlos también a la empresa eléctrica.
Estos aparatos que tanto están dando de qué hablar en los últimos años, utilizan Wimax, unas microondas de 2,3 y 3,5 gigahercios que son las encargadas de recibir y enviar la información de nuestro consumo, desde el receptor hasta la compañía. Esto supone una exposición diaria a radiación electromagnética.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en el pasado año 2011, avisó sobre los problemas perjudiciales para la salud a los que nos enfrentábamos debido a la exposición que sufríamos a las microondas que producen las conexiones inalámbricas como el móvil, el Wi-Fi y los radares. Observando esta aclaración por parte de la OMS, es previsible entender el peligro que puede suponer la instalación de los contadores de luz inteligentes en los hogares, causante de la emisión de radiaciones cancerígenas tipo 2B.
España no es el primer país en el que se ha realizado este cambio en los contadores. Estados Unidos ya implantó la misma medida años a atrás, lo que causó en algunos estados, como california, el rechazo a este servicio y la realización de ordenanzas municipales con objetivo de frenar la instalación de los aparatos.
Los contadores de luz inteligentes: ¿pueden ser hackeados?
Pero los contadores de luz inteligentes, no solo se postulan como una amenaza para la salud, sino que también pueden dejar expuesto al usuario a amenazas cibernéticas. Esto ocurre por la emisión de datos partiendo desde nuestro hogar que, lejos de enviar sólo la información sobre el consumo de la luz, puede ofrecer datos de todos nuestros electrodomésticos.
Esta vulnerabilidad de los contadores reside en los protocolos de comunicación de muchas compañías electrónicas que no están siendo cifrados y cualquiera podría acceder a dicha información. Por ejemplo, si un ladrón tuviese acceso a estos datos, podría conocer cuándo estamos en casa y cuando no, por lo que no deja de ser un peligro de seguridad.
Lo que aconsejan los expertos es que el aparato sea manipulado por el mínimo de personas posible. Existen muchos trabajadores de las mismas compañías eléctricas que ofrecen un servicio para hackear el contador de luz inteligente a cambio de una tarifa extra de 800 euros. Aunque esto nos podría suponer un ahorro en la factura de la luz, no deja de ser un delito y, además, nos expone a muchos riesgos. Entre los problemas que puede acarrear la manipulación del aparato, se encuentran las caídas de la red y un aumento inoportuno en la factura de la luz.
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