La búsqueda de modos eficientes de calefacción por parte de los usuarios ha llevado a cambiar las reglas del juego en la industria, y ahora lo que más se valora por parte de los usuarios es que las estufas sean radiadores de bajo consumo. La eficiencia energética es una necesidad en el siglo XXI, y los fabricantes intentan amoldarse a esta nueva realidad como pueden.
Algunos fabricantes han conseguido mejorar su producto y comunicar de manera veráz esta ganancia en la eficiencia a los usuarios, pero por el contrario, los que no encuentran manera de desarrollar radiadores más eficientes han tomado la vía del marketing para intentar diferenciar su producto, sin ofrecer una mejora real. Este último es el caso del llamado «calor azul», que lejos de ser un tipo de tecnología innovadora, se trata simple y llánamente de una marca comercial registrada de un tipo de radiador eléctrico de aceite.
Qué es un radiador de bajo consumo o calor azul
Los radiadores de calor azul son unos radiadores eléctricos de aceite comercializados por un fabricante que decidió registrarlos bajo la marca comercial «calor azul».
Físicamente se distinguen por ser unos radiadores eléctricos hechos de metal que se cuelgan de la pared y tienen una pequeña pantalla azul desde la cual se pueden programar.
Cómo funciona un radiador de bajo consumo o calor azul
El funcionamiento de un radiador de calor azul (autodenominado como radiador de bajo consumo) es el mismo que el de un radiador de aceite normal y corriente de toda la vida. Funcionan con electricidad y de la misma manera que funciona una tostadora o una secadora de pelo, hacen correr la electricidad por una resistencia que se calienta a una temperatura muy alta. En contacto con dicha resistencia, el aceite que está contenido dentro del radiador se calienta y al circular por el radiador el aceite transfiere su calor al metal que cubre el radiador, siendo este último el que irradia todo el calo fuera del radiador y calentando así el aire de la habitación, habitáculo o espacio en general en la que está situado.
Son eficientes los radiadores de bajo consumo o calor azul
Aquí viene la principal controversia de los radiadores de calor azul, y es que se denominan radiadores de bajo consumo, pero ¿son eficientes en realidad?
Debemos empezar primero por comparar los radiadores eléctricos en general con otros métodos de calefacción como pueden ser el gas natural, el gasoleo, el butano o la biomasa. Se puede ver con claridad que la electrícidad es la fuente de energía más cara de todas, por tanto, aunque no se necesite hacer ningún tipo de obra para instalar radiadores eléctricos, queda claro que a la larga es un método más caro que el resto, ya que en cosa de 6 años se amortiza la instalación de un sistema de calefacción con gas. Con lo cual, si piensan vivir menos de 6 años en la casa, puede rentar instalar radiadores eléctricos de calor azul, pero a partir de esa fecha sale más caro.
Ahora toca comparar los radiadores de calor azul con el resto de radiadores eléctricos de aceite. Los precios de los radiadores de calor azul son bastante más elevados que el precio de los radiadores convencionales, los radiadores de calor azul de 1200W de potencia se pueden llegar a vender por 300€ mientras que se pueden encontrar radiadores normales y corrientes que duplican esa potencia por tan solo 30€ en el mercado.
Los fabricantes señalan que venden emisores de bajo consumo y alto rendimiento. Pues bien, según las reglas de la física no es posible que se cumpla lo que prometen, y es que para producir 1000 kilocalorías se tienen que gastar 1.16 kwh de electricidad, porque la energía no se puede inventar, ni se crea ni se destruye, se transforma, con lo cual, si es de bajo consumo, si consume poco, dará poco calor. En cuanto a lo del alto rendimiento, todos los radiadores eléctricos rondan un rendimiento de entorno al 100%, porque no hay apenas manera de que haya pérdidas de consumo, ya que no hay piezas móviles, como por ejemplo en el caso de las calderas de gas, en las que hay que quemar el gas y se pueden dar pérdidas de eficiencia porque el quemador está sucio o alguna otra cuestión. En el caso de los radiadores eléctricos casi el 100% de la electricidad se convierte en calor.
Otro de los argumentos poco creibles que mencionan los fabricantes sobre el calor azul es que en vez de aceite, el radiador lleva un fluido de la NASA. Los fabricantes prometen que dicho líquido aguanta el calor durante mucho más tiempo, con lo que, supuestamente, es posible apagar el radiador y que siga dando calor durante más tiempo. Una vez más, la física desmonta la estrategia de marketing de los fabricantes, y es que según la conductividad térmica de los materiales, un fluido que tarda mucho en enfriarse también tarda mucho en calentarse. Además, el objetivo del fluido que hay dentro del radiador no es retener el calor que ha obtenido de la energía eléctrica, sino cederlo rápidamente al metal que lo envuelve para que este lo transmita al aire de la habitación.