

El término acumulador está cada vez más presentes en nuestro día a día. Desde el sector automovilístico a los hogares de todo el mundo, pasando por las habituales baterías. Un término que, según apunta la tendencia, irá a más en un futuro a corto/medio plazo. Por tal motivo, te contamos qué es un acumulador: para qué sirven y cuáles son los tipos
¿Qué es un acumulador?
Lo primero de todo es saber qué es un acumulador. En este caso, un acumulador se refiere, de forma genérica, a toda batería que tenga energía para alimentar dispositivos eléctricos. Básicamente, es un acumulador que almacena la electricidad para permitir que el aparato al que está conectado o en el que está inserto funcione con normalidad.
Cuando se habla de un acumulador eléctrico, es lógico pensar en las baterías. De hecho, las baterías son acumuladores, pero también lo son, por ejemplo, las pilas.
Obviamente, existen varios tipos de acumuladores aunque antes de repasarlos, conviene saber para qué sirven los acumuladores.
Para qué sirven los acumuladores
Preguntarse para qué sirven los acumuladores tiene una sencilla respuesta: para dar energía necesaria a un aparato para que sea usado. Un ejemplo reconocible son las baterías de los coches eléctricos o híbridos que acumulan energía para que el motor funcione.
No obstante, dispositivos como móviles, ordenadores portátiles o altavoces inalámbricos también cuentan con acumuladores. Acumuladores que no sólo almacenan la energía, sino que también la distribuyen.
Por otro lado, los acumuladores también sirven para acumular energía solar, como pasa con los paneles fotovoltaicos. Estos, además de acumular la energía, la acaban transformando en electricidad para su uso cotidiano.
Queda claro que hay muchos tipos de acumuladores y conviene saber cuáles son.
Cuáles son los tipos de acumuladores
Ya sabemos qué son y para qué sirven pero cuáles son los tipos de acumuladores:
Acumuladores eléctricos de vehículos
Los acumuladores eléctricos de vehículos son los que usan las baterías de los vehículos para permitir que estos funcionen. Están fabricados con ion de litio con electrolito líquido, un material que permite la transferencia de electrones del acumulador al vehículo.
Acumulador eléctrico de calor
Los acumuladores eléctricos de calor están fabricados en aluminio y cerámica, así el almacenamiento de calor es más duradero. Estos aparatos se usan para generar calor y el caso más conocido son las estufas. Para su funcionamiento, usan ciclos de carga y descarga, pues suelen estar conectados todo el día, pero si estuvieran cargando las 24 horas, no aguantarían la presión.
Acumulador de energía en paneles solares
Los acumuladores de energía en paneles solares permiten aprovechar la luz del sol y transformarla en energía. Para hacerlo, necesitan de los paneles solares o fotovoltaicos, que son los que absorben la luz solar, que luego es almacenada por el acumulador eléctrico.
Obviamente, el tamaño es mucho mayor que los anteriores, pues su función consiste en dar energía, por ejemplo, a una casa. Para ello, estos acumuladores están fabricados con plomo ácido y sistemas de ion litio.
Acumuladores recargables y no recargables
Como su nombre indica, los acumuladores recargables son los que se pueden cargar, mientras que los acumuladores no recargables son los que tienen un solo uso.
Entre los acumuladores recargables tenemos las baterías de gel ácido de plomo (las que llevan las sillas de ruedas) o las baterías de iones de litio (las baterías de los móviles y ordenadores portátiles)
Si hablamos de baterías no recargables, encontramos las baterías de zinc alcalino y carbono (pilas comunes) o las baterías de Zinc Air (las pilas de botón).
También te puede interesar: