La producción de combustibles a partir de residuos. Los biocomustibles a partir de desechos suponen una energía renovable que podría aliviar la demanda de carbón. Para ello habría que convertirlos en sustancias reutilizables como el etanol o el biodiésel, el cual se crea a partir de los aceites de cocina usados.La viabilidad de estos combustibles depende de sus costos de producción.
La creación de energías renovables, visto el camino que lleva el petróleo y el gas natural, es un tema que cada vez cobra más importancia. La creación de combustibles a partir de residuos, al ser un insumo siempre disponible, se enmarca dentro de estas, cada vez más necesarias, energías renovables.
Para la producción de este tipo de combustibles es recomendable la utilización de materias primas que sean de bajo coste. Se debe asegurar una buena rentabilidad y estar acorde con los proyectos de mejoramiento del medio ambiente. Con todos los excedentes mundiales de productos alimenticios sólo se podría producir bioetanol para sustituir el 1% del consumo de petróleo, lo cual resultaría insostenible, por lo que se continúan haciendo investigaciones para encontrar materiales para la producción de biocombustibles que deriven también de otros productos, como las algas.
Si pensamos en que la población mundial habrá crecido en unos 7 millones de personas más para el 2050, la demanda de energía y agua aumentará significativamente también, por lo que es de suma importancia la creación de alternativas ecológicas. Dentro de estas alternativas encontramos el biocarburante, que es un combustible líquido o gaseoso que se obtiene a partir de biomasa. Para la creación de diésel sintético o biodiésel se emplean multitud de materias primas como residuos forestales, residuos de industrias alimenticias, neumáticos fuera de uso, etc. y vendría a sustituir el diésel convencional.También está el etanol, que se crea a partir de la basura orgánica, y que sustituiría a la gasolina.
La basura orgánica que existe en cualquier lugar del mundo y cuya existencia ha sido un problema creciente, está siendo utilizada en nuestro país para la producción de etanol por medio de la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos, FORSU, formada por papel, vegetales, alimentos y madera.
El proceso mediante el cual se lleva esto a cabo consta de varias fases:
- Pretratamiento fisicoquímico del FORSU cuyo objetivo es romper o despolimerizar las cadenas de celulosa para facilitar el posterio acceso a las enzimas.
- Sacarificación y Fermentación simultáneas: mezcla con enzimas y levaduras.
- Destilación: a partir de la mezcla alcohólica se obtiene un primer concentrado de etanol en agua.
- Deshidratación: se obtiene el etanol con una pureza de casi el 100% que ya es apto para su uso en motores de automoción.
Los resultados son 160 litros de etanol por tonelada de materia prima.
En cualquier caso, la viabilidad de los combustibles dependen de que sus precios resulten rentables con relación al petróleo. Además, según algunos estudios, los biocombustibles podrían despedir nueve veces más dióxido de carbono que los combustibles fósiles, por lo que debemos tomar con precaución este nuevo tipo de energía renovable.
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