La historia del buque ‘Endurance’: el barco que naufragó en la Antártida hace 100 años

Originalmente, el barco que iba a llamarse Endurance fue inicialmente construido en Sandjeford, Noruega, el 17 de diciembre de 1912 y supervisado por el experimentado maestro naviero Christian Jacobsen en el astillero de Framnaes.

Buque Endurance

Todo ello a través de una asociación entre Lars Christensen, el propietario de un barco noruego con el belga Adrien de Gerlache, líder de la expedición antártica de origen belga entre los años 1897-99. El objetivo por el que al comienzo fue construido era para destinarlo a cruceros turísticos en el Ártico, y fue bautizado con el nombre de Polaris (la popular Estrella del Norte).

De ahí que fuera construido con el fin de obtener la máxima resistencia a la hora de zarpar por las aguas heladas de la Antártida, de manera que todos los detalles, hasta cada conexión, fue planificada meticulosamente. Y, cuando se construyó, se convirtió en una de las naves de madera más fuertes jamás construidas, destacando por ser una verdadera leyenda de los mares helados, diseñada para llevar a cabo expediciones heroicas a lo desconocido.

Pero los problemas financieros provocaron que el proyecto fuera cancelado. entonces, cuando Ernest Shackleton, un explorador que en el año 1901 se unió a una expedición a la Antártida, les ofreció a Christensen y de Gerlache una suma de £ 11,600, decidieron aceptar la oferta. Ambos estaban felices por ayudar a un explorador de la talla de Shackleton.

El explorador obtuvo un seguro naval de manos de la ‘Lloyds’ de Londres, que había asegurado el navío por £ 15,000, convirtiéndose en la primera vez en la historia que un barco había sigo asegurado con el fin de partir hacia las aguas de la Antártida, lo que se mostró como un ejemplo de la confianza que la aseguradora tenía no solo en el viaje, sino en la propia calidad del barco.

Así, el Polaris, que posteriormente fue bautizado con el nombre de Endurance de manos de Shackleton (con el fin de hacer honor al lema de su familia, que era ‘Fortitudine vincimus‘, o lo que es lo mismo, ‘Por la resistencia que conquistamos’), navegó desde el puerto de Plymouth el 8 de agosto de 1914, estableciendo el rumbo hacia Buenos Aires, Argentina, donde recogería al resto de la tripulación, incluyendo al propio Shackleton, y también algunos suministros necesarios para el viaje.

El 26 de octubre de 1914 partieron hacia su último puerto de escala en Grytviken, en el sur de Georgia, una remota estación ballenera situada a corta distancia de la Antártida.

Ernest Shackleton

Permanecieron allí algunas semanas, hasta que el 5 de diciembre de 1914 salían de Georgia hacia el mar de Weddell y la bahía de Vahsel, situada en el borde de la Antártida, donde los expedicionarios desembarcarían y comenzarían su larga marcha a través del continente.

Pero, después de unos días de navegación, el barco golpeó el hielo, lo que hizo que el progreso se ralentizara drásticamente, especialmente a medida que el hielo se espesaba. Esto era un motivo de preocupación para los navegantes, ya que el Endurance se encontraba aún muy lejos de su destino.

Se trataba, es cierto, de unas condiciones anormales para la época del año en la que se encontraban, pero aunque avanzaban muy lentamente, la tripulación estaba ansiosa por superar estos problemas. De hecho, se sabe que de vez en cuando éstos se lanzaban al hielo con la ayuda de picos, cinceles y martillos, y así intentar liberar el camino por el que debía seguir el barco.

A mediados de enero lograron avanzar lentamente. De repente, el Endurance se quedó completamente atrapado en el hielo, y empezó a flotar entre enormes témpanos de hielo en el Mar de Weddell. Por aquel entonces, tanto Shackleton como su tripulación eran conscientes de que deberían resignarse al hecho de que pasarían el invierno antártico atrapados en el hielo, sin la esperanza de poder escapar durante al menos nueve meses.

Pero el desastre se produjo en el mes de octubre de 1915, cuando el hielo se contrajo y el barco empezó a ser aplastado. Las partes más bajas del barco empezaron a inundarse con el agua helada del Antártico, y a pesar de los esfuerzos inútiles por reparar el daño y bombear el agua, Shackleton dio la orden de abandonar el barco el 27 de octubre del mismo año. El Endurance se hundió finalmente el 21 de noviembre de 1915.

Y, aún hoy, más de 100 años después, el Endurance ahí sigue. Todavía se encuentra en el fondo del congelado mar Antártico.

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