El mercado de carbono: te contamos todo lo que necesitas saber

Con el fin de comercializar derechos de emisión de carbono, hace un tiempo se creó el conocido técnicamente como mercado de carbono. Su objetivo, como veremos a lo largo de la presente nota, persigue el fin de animar a las empresas a limitar sus emisiones de CO2 (esto es, de dióxido de carbono), y animar igualmente a los diferentes países a la hora de reducir sus emisiones.

Mercado de carbono

Por este motivo, el ‘mercado de carbono’ es conocido también bajo otros términos, como: ‘comercio de carbono’, ‘comercio de emisiones’ o ‘comercio de emisiones de carbono’.

Consiste en una interesante herramienta de política ambiental, que impone un coste económico a las distintas emisiones de dióxido de carbono. Así, los gobiernos pueden fijar un precio para las emisiones CO2, de manera que, posteriormente, las empresas tienen que pagar por la cantidad de carbono que emiten. Digamos que esto origina un incentivo económico que persigue un fin claro: reducir la contaminación, animando a que las empresas contaminen lo menos posible.

En el mercado de carbono de la Unión Europea, por ejemplo, las empresas tienen y deben operar dentro de un límite de CO2. Así, aquellas empresas que emiten demasiado carbono pueden comprar derechos de emisión de corporaciones de baja emisión. Explicado de otra forma: pueden comprar a compañías que emitieron carbono por debajo de su límite.

La propia Comisión Europea indica que persigue el objetivo de reducir en un 21% las emisiones de carbono en el año, en comparación con los niveles que se registraban en el año 2005. Así, espera tener un 43% menos de emisiones para el año 2030 (en comparación con).

El mercado de carbono se convierte en un instrumento de política eficaz

De acuerdo a una encuesta realizada por el ‘International Emissions Trading Association’ (IETA por sus siglas en inglés), el 88 por ciento de los encuestados consideraron a los mercados de carbono como un instrumento de política eficaz.

De esta forma, la encuesta llevad a cabo por ejemplo en el año 2015 demostró que, luego de algunos años de crisis y de reformas, los participantes en el mercado de carbono veían al sistema de comercio de emisiones de la Unión Europea como un mercado sólido; un sentimiento cada vez más positivo en todo el mundo.

¿Qué es la compensación en el mercado de carbono?

La compensación de carbono consiste en un proceso mediante el cual tanto las empresas como los hogares pueden compensar las emisiones de gases de efecto invernadero, mediante la financiación de proyectos certificados de reducción de este tipo de gases.

Estos proyectos son capaces de destruir las emisiones, o secuestrar el dióxido de carbono. Además, también es posible la financiación de proyectos que previenen las emisiones en otros lugares.

Un crédito de carbono consiste en una unidad financiera de medida, y representa la eliminación de un tCO2e de la atmósfera (es decir, ‘tonelada de dióxido de carbono equivalente’).

CO2

Por tanto, los créditos de carbono provienen de proyectos exitosos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. O, lo que es lo mismo, proyectos que ofrezcan reducciones de emisiones reales, ya sea reemplazando el uso de combustibles fósiles con energías renovables, o bien reduciendo la utilización de este tipo de fósiles a través de la eficiencia energética.

Debemos tener en cuenta que la energía renovable es un tipo de energía cuya fuente dura para siempre; es decir, nunca se agota.

El mercado de carbono y las emisiones

Las emisiones de CO2 ocurren cuando el dióxido de carbono es liberado a la atmósfera. No solo los procesos naturales liberan este gas, sino también las actividades propiamente humanas, como por ejemplo podría ser el caso de la quema de combustibles fósiles. No en vano, incluso los residuos de los alimentos contribuyen igualmente a la producción de emisiones.

El CO2 es un gas de efecto invernadero. Estos gases contribuyen al afecto invernadero, al ser capaces de absorber la radiación infrarroja. Así, el dióxido de carbono tiene la capacidad de atrapar el calor a medida que viaja hacia arriba, desde la Tierra hacia el espacio.

Nuestro planeta posee una serie de procesos naturales capaces del eliminar el carbono de la atmósfera. De esta forma, estos procesos tienden a mantener estables aquellos gases emitidos naturalmente. Por ejemplo, la respiración tanto animal como vegetal son ejemplos claros de emisiones naturales de carbono.

Pero la Tierra no es capaz de eliminar las emisiones de carbono causadas por las actividades humanas. De hecho, desde la Revolución Industrial se sabe que las concentraciones de CO2 en la atmósfera han aumentado de manera considerable.

Por todo ello, si no logramos detener el aumento de los niveles de CO2, el calentamiento global se acelerará. Y los científicos son claros en este sentido: las consecuencias son potencialmente mortales.

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