

A pesar de que el hidrógeno es el elemento más abundante del universo, su presencia en nuestro planeta es complicada, sobre todo en estado de libertad. Para conseguirlo, hay que extraerlo de otros elementos como el agua o el carbón. ¿Merece la pena? Mucho. De hecho, el futuro de la energía limpia es el hidrógeno.
El futuro de la energía limpia: el hidrógeno
El futuro de la energía limpia es el hidrógeno porque, a la capacidad del ser humano para extraerlo de otros elementos, se suma la alta eficiencia que dispone. A esto debemos sumarle que casi no contamina, que tiene una durabilidad extensa y, sobre todo, el ser una energía limpia.
Por todo ello, el hidrógeno es un recurso preciado y apreciado por la comunidad científica. Se trata de un recurso que se presenta en forma de gas muy ligero, pero cuya cantidad de energía es inmensa. Así, el futuro de la energía limpia es del hidrógeno.
Parece mentira pero el hidrógeno ofrece al ser humano la mayor reserva de combustible no contaminante de todo el planeta. Se trata de un gas que se puede obtener desde fuentes renovables, almacenarse con facilidad y ser usado cuando se estime oportuno, gracias a las pilas de combustible. Así, se generaría electricidad si contaminar.
De hecho, en la última Conferencia sobre Transición Energética, las opiniones de todas las ponencias se encontraban en dos puntos fundamentales. El primero, la necesidad de reducir la cantidad de dióxido de carbono que se genera a diario. La segunda, la casi obligación de que sea el hidrógeno el gas que tome las riendas y sustituya a los combustibles, tal y como los conocemos, para generar electricidad no contaminante.
La pregunta que surge a partir de esta certificación es: ¿cómo se obtiene el hidrógeno?
¿Cómo se obtiene el hidrógeno?
Antes de usar el hidrógeno, es lógico saber cómo se obtiene el hidrógeno. No obstante, incluso antes que eso, deberíamos saber que el hidrógeno es el elemento químico que más abunda en todo el universo. Aproximadamente, un 90% de átomos de todo el universo conocido son de hidrógeno, razón de más para aprovecharlo. De hecho, son las estrellas las que más cantidad de hidrógeno tienen.
En nuestro planeta, en condiciones normales de presión y temperatura, el hidrógeno está presente en forma molecular o diatómica, pero siempre en un estado de gas. Por tal motivo, en la atmósfera no es demasiado abundante. Al tener una masa muy pequeña, tiene facilidad para dejarse llevar por la atracción gravitatoria y tiende a subir hacia alturas más allá del alcance humano normal.
¿Cómo se obtiene el hidrógeno puro si no está accesible?
- Reformado de vapor – La forma más sencilla y económica de conseguir hidrógeno puro es producirlo a partir del gas natural, en un proceso denominado de reformado con vapor. El problema es que el gas natural sí es finito y, en algún momento, se terminará. Además, según se acerque ese momento, el precio del hidrógeno se dispararía.
- Carbón – Otra forma de obtener hidrógeno es extraerlo directamente del carbón y de arenas bituminosas. En este caso, lo que haríamos sería disparar las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, en el proceso de extracción.
- Energía nuclear – Pasa algo similar con la energía nuclear, que nos permite obtener hidrógeno puro y de calidad, pero sus riesgos son tremendos.
- Otras opciones – Otras alternativas para obtener hidrógeno puro son:
- Fermentación – A través de la producción biológica en un biorreactor de algas.
- Reducción química – Usando complejos procedimientos químicos
- Termólisis – Mediante calor
- Electrólisis hídrica – A día de hoy, es el procedimiento en el que más esperanzas hay depositadas. En este caso, se descompone el agua, separando los dos elementos que la forman; hidrógeno y oxígeno. Para ello, se utiliza una corriente eléctrica que llega de una fuente de alimentación, conectada por electrodos al agua. Al reducir la resistencia al paso de la corriente a través del agua, se añade un electrolito fuerte como la sal de sodio. A partir de ahí, la planta separaría el oxígeno, liberándolo a la atmósfera sin problema, del hidrógeno, que quedaría almacenado en depósitos, listo para ser utilizado como combustible.
Para hacernos una idea de la electrólisis hídrica y sus posibilidades, basta con pensar en una planta de generación de electricidad que se levante cerca de la mayor fuente conocida de agua salina: el océano. Por otro lado, la electricidad necesaria para el proceso de electrólisis llega mediante aerogeneradores que son impulsados por energía mareomotriz o undimotriz.
Con el hidrógeno ya almacenado, tan sólo faltaría llevarlo a las unidades de consumo a través de gasoductos o, en este caso, hidroductos. De hecho, los conductos que, a día de hoy, distribuyen el gas por todo el país, podrían asumir la distribución del hidrógeno.
Hidrógeno: presente y futuro
El hidrógeno es presente y futuro porque la revolución y el cambio ya han comenzado. Las calderas, en pocos años, empezarán a ser sustituidas por pilas de combustible que generarán electricidad gracias al hidrógeno que llega desde el hidroducto de antes.
El rendimiento del hidrógeno, para hacernos una idea, es el triple de los combustibles tradicionales, con el añadido de no soltar un sólo elemento contaminante. Además, el residuo que genera la pila de combustible es vapor de agua, completamente inocuo. Incluso el vapor se puede usar como calefacción en días de frío.
Que el hidrógeno es presente y futuro, también lo tienen claro los fabricantes más importantes del planeta. Por ejemplo. Honda ha lanzado Home Energy Station, un sistema que obtiene hidrógeno, a través de energía solar.
Por su parte, muchos países, incluso Europa, han destinado una partida importante de inversión a investigación y desarrollo del hidrógeno. Por ejemplo, Alemania ya aprobó una partida de 500 millones de euros en 2006, precisamente para estudiar esto y establecer su hoja de ruta hasta la próxima década. Eso significa que llevan mucha ventaja a otros países.
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