Reducir, reciclar y reutilizar son las tres «r» principales para llevar una vida más responsable con el medioambiente. En el caso del papel es fundamental conocer algunos datos como el coste medioambiental que supone su producción o la facilidad con la que se podría reducir el mismo a través del reciclaje. Os contamos cómo se recicla el papel y consejos para fomentarlo.
Buscando información sobre el reciclaje del papel me he encontrado con un dato impresionante en el blog de SMV, una empresa de gestión de residuos industriales, donde afirman que «más del 90% del papel puede transformarse de nuevo«. ¿No os parece que el porcentaje es altísimo? Junto a este dato, anteriormente se hacían eco de un estudio de “EarthWorks Group” en el que se concluía que «reciclar la mitad del papel mundial evitaría la tala de 81.000 km² forestales, es decir, unos 20 millones de hectáreas de bosque».
Teniendo esta información en cuenta es difícil no tener ganas de reciclar papel, de aprender a reducir el consumo y reutilizar mejor los materiales ¿No os parece?
Cómo reciclar bien el papel
Tenemos la suerte de que España es uno de los países europeos que más recicla papel, pero aún lo podemos hacer mucho mejor. Por ello, es importante aprender a separar bien los residuos en casa y en la oficina, favoreciendo también que los más pequeños puedan incorporar el reciclaje como un hábito, como lo normal.
El papel y el cartón siempre van al contenedor azul. A este contenedor lo que podemos echar son: revistas, periódicos, papel de regalo, sobres (sin la ventanilla de plástico), folios, cuadernos, folletos de publicidad, cajas de cartón, envases de cereales o galletas, hueveras de cartón, tubos de papel higiénico o de cocina, etcétera.
Los errores más comunes del reciclaje de papel son echar los bricks en el contenedor azul. La realidad es que, aunque nos pueda parecer cartón, ha de ir en el contenedor amarillo porque contiene cartón, aluminio y plástico. Otro error frecuente es depositar las servilletas de papel o los papeles de cocina que estén sucios, cuando estos tienen que ir al cubo orgánico; esto mismo sucede con los pañales, que no se reciclan como papel.
Otro detalle más para un buen reciclaje es aprender a reducir. No sólo hacemos referencia a reducir el consumo, si no también a reducir los envases y materiales; si vas a tirar una caja de cereales, no la tires tal cual, abre las pestañas del mismo y reduce su volumen.
¿Cómo se recicla el papel?
Después de la primera criba que cada uno hace en su casa y de depositar el papel con el cartón el el contenedor azul, llega el momento de que estos lleguen a la planta de reciclaje. Allí serán separados en función del grosor de cada uno de los residuos, puesto que es la manera de diferenciar la cantidad de celulosa que cada uno contiene.
A continuación, los residuos se compactan para almcanenarlos, tratarlos y procesarlos de forma industrial para transformarlos en una pulpa de celulosa. Esto se consigue a través de un aparato que se llama «Pulper», el cual se asemeja a una batidora, y además de utilizar agua puede ser necesario utilizar medios químicos o mecánicos para separar las fibras.
Una vez que se ha obtenido la pulpa de celulosa, se puede volver a fabricar un nuevo papel o cartón sin necesidad de talar otro bosque. La calidad de este papel puede variar a gusto de su fabricante, a la vez que hay que tener en cuenta a qué va a estar destinado. Para crear el papel se sigue un proceso de afinamiento, prensado y secado para eliminar la humedad del mismo y que adquiera consistencia, y después bobinado.
Dicho esto, también es importante que conozcáis que podéis crear vuestro propio papel reciclado en casa. Si lo consideráis una tarea excesivamente ardua, podéis hacerlo como tarea con vuestros hijos y que conozcan las posibilidades del papel, del reciclaje y de la artesanía.