

Dentro de los diferentes tipos de energías procedentes de la biomasa, uno de los principales usos que encontramos en la producción de energía a partir de la biomasa es el denominado como biogás. El biogás también es un producto de la descomposición de la materia orgánica y consiste en un tipo de gas combustible. Vamos a verlo con más detalle.
Biogás: el gas combustible alternativo
Como ya pudimos ver en una anterior ocasión, la biomasa incluye plantas de crecimiento rápido, restos de animales, madera y algas cultivadas, por citar solo algunos sencillos ejemplos.
Es decir que muchas veces son desechos, que en este caso podrían reutilizarse y reciclarse para generar energía, energía de biomasa. Cuando se descompone genera gases que pueden utilizarse como combustible, principalmente el gas metano.
Por eso se le suele llamar biogas, porque procede de materiales orgánicos, no de las entrañas de la tierra, como el gas fósil.
¿Qué es el biogás?
El biogás viene a ser un gas combustible que se genera en dispositivos específicos o en medios naturales a partir de las diferentes reacciones de biodegradación que sufre la materia orgánica, mediante la acción de microorganismos así como de otros factores en ausencia de aire.
Este gas resultante está formado por un 29% dióxido de carbono (CO2), 60 % metano (CH4), y otros gases aunque en cantidades menores que los anteriores. El principal es el metano, y es este gas el que sirve como combustible.
Se produce porque los microorganismos de los que hablábamos antes, bacterias anaeróbicas, principalmente, pueden alimentarse de la materia orgánica, y el producto de su digestión son estos gases que comentamos antes. Todo esto se hace en ausencia de oxígeno.
La materia orgánica de la que hablamos puede ser desechos de la agricultura, estiércol, desechos municipales, desechos de comidas, vegetales, etc. Materiales biodegradables, que pueden fermentar tras la acción de las bacterias.
¿Para qué se puede utilizar el biogás?
La producción de biogás por descomposición sin aire (descomposición anaeróbica) es un modo útil para tratar residuos biodegradables, dado que produce un combustible de valor (el metano), y genera un desperdicio que puede aplicarse como abono genérico o acondicionador de suelo.
Este tipo de gas puede ser utilizado igualmente para producir energía eléctrica mediante turbinas o plantas generadoras a gas, así como estufas, secadores, hornos, calderas u otros sistemas de combustión a gas.
El metano puede comprimirse del mismo modo que el gas natural que utilizamos para calentarnos. Así puede utilizarse en los motores de los coches, al igual que el GNC. En países como Suecia, Suiza y Alemania, es muy utilizado en el transporte público, y también en el privado.