

Uno de los mayores consumos eléctricos que se realizan en los países desarrollados es el destinado a la iluminación pública de las calles y carreteras. Un gasto que se podría reducir impulsando la iluminación pública basada en energías renovables.
Con el paso de los años, los sistemas de iluminación han mejorado, pero no lo suficiente, al menos en relación calidad precio. El alumbrado público sigue siendo caro y, en épocas de vacas flacas, la mayoría de ayuntamientos opta por inhabilitar farolas o reducir sus horas de funcionamiento. Sin embargo, pocos se deciden a poner en marcha un alumbrado público basado en energías renovables, una solución que ya está dando grandes resultados en diversos lugares del planeta.
Kazekamome Remote Hybrid
Canadá fue hace una década uno de los primeros países en utilizar farolas alimentadas por energías renovables para la iluminación pública. El sistema, denominado Kazekamome Remote Hybrid, funciona mediante energía eólica y solar. Además, estas farolas pueden llevar incorporada, de forma opciones, cámaras de seguridad interconectadas vía Wi-fi.
Dania, Florida
También desde el año 2007 Florida puede presumir de ser una de las ciudades de Estados Unidos con una mayor instalación de alumbrado público basado en energías renovables, desde que la empresa Electric Power Company (SEPCO) instaló en la ciudad más de 100 farolas alimentadas por energía solar.
Proyecto de la Universitat Politécnica de Catalunya y Eolgreen
La Universitat Politécnica de Catalunya (UPC) y la empresa Eolgreen también han diseñado unas farolas alimentadas íntegramente por energía solar y eólica, las cuáles afirman que podrán ahorrar hasta un 20% respecto a los sistemas de iluminación tradicionales. Su implantación ya está confirmada en algunos municipios de Cataluña y Andalucía, y se espera que a lo largo de 2015 más de 700 localidades cuentes con este alumbrado público.
Ventajas de las energías renovables para la iluminación pública
Por un lado, las energías renovables son más limpias y económicas que los sistemas de iluminación tradicionales. Las farolas alimentadas por energía solar no han de estar conectadas a la red eléctrica y son totalmente autónomas. Ahorran energía y cuidan el medio ambiente ya que el sol y el viento son son dos fuentes de energía totalmente limpias.
Este tipo de alumbrado público también permite seguir teniendo luz a pesar de fallos técnicos como apagones u otros fallos causados, por ejemplo, por las inclemencias meteorológicas.
Además, las farolas alimentadas por energía solar o eólica permiten iluminar zonas a las que no llega el tendido eléctrico, por lo que podrían brindar numerosas ventajas a zonas desfavorecidas y con escasos recursos.
Por estas y otras razones las farolas que funcionan con paneles solares o energía eólica son una gran solución para disminuir los gastos en iluminación pública o para servir de iluminación de apoyo en determinadas zonas como parques y otras zonas públicas.
¿El problema? El de siempre: las eléctricas. Afortunadamente, cada vez son más los ayuntamientos los que se dan cuenta de las ventajas que puede ofrecer el alumbrado público basado en energías renovables y cada vez más localidades apuestan por él.
En este vídeo podéis ver que otras ciudades españolas como Gijón también se han abonado, aunque todavía de forma muy tímida, a la iluminación pública renovable.